"El hombre, el imperfecto bibliotecario, puede ser obra del azar o de los demiurgos malévolos; el universo, con su elegante dotación de anaqueles, de tomos enigmáticos, de infatigables
escaleras para el viajero y de letrinas para el bibliotecario sentado, sólo puede ser obra de un dios." - Jorge Luis Borges, "La Biblioteca de Babel" (1941)